Mi experiencia en el curso

Tomar el curso de Introducción a la Arquitectura me permitió acercarme a un campo que siempre me ha interesado, desarrollando una mirada más crítica y consciente sobre los espacios que habitamos. A través de los blogs, las lecturas y los documentales, descubrí conceptos que no solo amplían mi conocimiento, sino que también influyen en la forma en que observo el entorno. Este proceso de reflexión semanal me ayudó a entender que la arquitectura es un lenguaje con múltiples interpretaciones y que cada tema del curso abría una puerta distinta hacia cómo pensar el espacio, los materiales y las ideas. A pesar de las limitaciones que surgieron durante el semestre, el contenido tuvo un impacto positivo en mi manera de analizar y apreciar la arquitectura.

Como estudiante, siento que aproveché el curso en la medida en que pude profundizar por mi cuenta y darles forma a mis ideas mediante los blogs. Cada texto me permitió conectar los conceptos con mi proceso personal de aprendizaje. Sin embargo, también sentí que el ritmo del curso, con sesiones cortas y reuniones poco frecuentes, afectó mi experiencia de manera importante. A veces pasaban una o dos semanas sin reunirnos, lo que hacía difícil mantener una continuidad clara entre los temas y profundizar en ellos de la manera que me hubiese gustado. Aun así, traté de compensarlo siendo disciplinada con las actividades escritas y manteniendo el enfoque en lo que quería sacar de la clase.

Uno de los aspectos que considero que podría mejorar es la estructura general del curso. La distancia entre una reunión y otra hacía que la clase perdiera ritmo, y me daba la impresión de que no se aprovechaba todo el potencial del semestre. Pienso que una materia como esta, que puede ser tan creativa, visual y dinámica, merece más interacción, más discusión y más tiempo de explicación directa. Hubiese sido enriquecedor tener más oportunidades para analizar ejemplos juntos, ver modelos, debatir ideas o incluso trabajar algunos ejercicios prácticos que complementaran los blogs. Todo esto habría ayudado a que el contenido se sintiera más vivo y la experiencia más completa.

A pesar de las limitaciones, agradezco lo que el curso me permitió descubrir. Entendí que la arquitectura no es solo construir o diseñar, sino aprender a mirar con intención, interpretar el espacio y pensar en cómo las decisiones materiales y conceptuales afectan la experiencia humana. Si bien creo que la clase pudo haber sido más dinámica y mejor aprovechada, también reconozco que los blogs me brindaron un espacio valioso para desarrollar mi voz como estudiante y explorar los temas con libertad. En conclusión, esta experiencia me reafirmó el interés por seguir profundizando en el campo y me dejó claro que, incluso con desafíos, siempre hay algo significativo que aprender cuando uno se involucra con las ideas desde una perspectiva crítica y reflexiva.